22 septiembre 2010

Arenas movedizas

Una vez Jorge Valdano dijo que "el fútbol es un estado de ánimo" y, esa frase, ha sido una de las más célebres del argentino. En esta ocasión yo voy a parafrasearlo diciendo que las canciones de Joaquín también son un estado de ánimo. Concretamente, esta de Arenas movedizas, representaría perfectamente a la melancolía y al desengaño con la vida. Sobre todo si tenemos en cuenta el contexto en el que fue concebida, justo en el tiempo intermedio entre "el marichalazo" y la posterior "nube negra".
"Mañana cuando era tan pequeño
por el Acantilado del Obispo caí
persiguiendo un pájaro sin dueño
y aterricé en un polvorín
de arenas movedizas
bajo un cielo de betún,
caracolas que agonizan
sin decir ni mu."
Perseguir imposibles es algo que en mayor o menor medida, todo el mundo ha hecho. Cuando esto ocurre estamos tan cegados, que solamente miramos hacia el cielo donde está ese pájaro sin dueño que revolotea de un lado a otro; mostrando indiferencia ante nosotros, pero dejándose ver sabiendo de nuestro interés en él. Lo malo es, que cuando te pasas mucho tiempo andando sin mirar al suelo, al final tú te caes, y el pájaro sigue volando. 

De esa caída lo peor no es el golpe, es lo que te cuesta levantarte. Las arenas movedizas en las que aterrizas evitan que puedas hacerlo rápidamente, sacudiéndote el polvo y pudiendo recuperarte con dignidad. Además cuando intentas buscar en ese mismo cielo en el que antes veías a tu pájaro, ahora te encuentras con un cielo de betún. Por otra parte,  las caracolas siempre han representado la ilusión de creer que, con ellas en el oído, eres capaz de escuchar el mar. Supongo que esto también dependerá del estado de ánimo, y únicamente funcionan cuando tu estás dispuesto a creerlo.
"Cuando el gallo a sueldo de la madrugada,
llegó con su kikirikí,
desperté soñando que viajaba
desnudo con un maletín
de arenas movedizas
bajo un cielo de alquiler,
alfileres que agonizan
antes de nacer."
Dicen que soñar es gratis, y mientras Hacienda no se decida a ponerle impuestos, quizá sea de las pocas cosas que podremos disfrutar con total libertad. Justo cuando estás entre esas arenas movedizas, el mejor momento del día es cuando te tumbas en la cama y empiezas a imaginar como sería el mundo, si verdaderamente fuéramos dueños de nuestro propio destino. Desgraciadamente hay tantos impedimentos que, o bien nos los ponen, o directamente nos los auto-imponemos, para cumplir esos sueños; que quizá resignarse sea la última y a veces la única opción que nos queda. Ese cielo de alquiler que tenemos sobre nosotros, nos recuerda que poca gente queda ya que haga las cosas a cambio de nada. La generosidad ha pasado a estar bajo sospecha permanente.
"A mi cita fui pero el horizonte
se había cansado de esperar,
me llamó san Pedro por mi nombre
y no le quise contestar."
Estos últimos versos son los que más me gustan de esta canción, ya que encierran una verdad clamorosa, pero que muy pocas veces la gente es capaz de aceptar. Lo más común es lamentarse de las oportunidades perdidas, de todos aquellos que nos cerraron las puertas, de las veces que nos rechazaron o del mal fario que decidió acompañarnos como si fuera nuestra sombra. Pero también pasa que somos nosotros los que no queremos oír nuestro nombre, aunque nos lo estén gritando constantemente y todo el mundo se de cuenta de ello menos nosotros. En ese preciso instante, somos nosotros los que estamos empujando a la otra persona a esas arenas movedizas, que otrora nos atraparon a nosotros. 

2 comentarios:

  1. Excelente como siempre, Chaval..logras contarme, subtitularme un más allá de lo mucho que dice Joaquin.
    Esta canción es hermosa, como todas las de Sabina..con una sensibilidad e inteligencia descomunales.
    Voto para que a los de Hacienda ni se les ocurran poner impuestos a los que soñamos!
    Te mando un gran abrazo desde Argentina!

    ResponderEliminar

Muchas gracias por sus comentarios. NO es necesario estar registrado para comentar, simplemente seleccionando nombre/url y poniendo un nombre a su libre elección podrán hacerlo.