15 junio 2010

No te nos mueras más

Durante esta semana, y otras tres más, los ojos de todo el mundo están puestos en un gran acontecimiento: el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Las noticias están casi monopolizadas por este evento. Creo que es algo bueno ya que llevamos mucho tiempo oyendo mensajes apocalípticos sobre nuestra situación y nuestro futuro; así que esto se puede ver como un oasis en medio del desierto. Este es el ejemplo más claro de la grandeza del fútbol, ya que consigue que por unos momentos todo el mundo se olvide de sus problemas y disfrute en el sofá de casa o en la barra del bar. Al igual que la muerte, el fútbol nos hace a todos iguales, da igual tu condición o tu situación, en esos 90 minutos tu felicidad depende de que la pelotita entre o no. 

Aprovechando estas fechas, voy a rescatar un soneto que Sabina le dedicó hace unos años a uno de los grandes protagonistas de la cita sudafricana, Diego Armando Maradona. El que ya fuera protagonista absoluto hace 24 años dándole a Argentina su segundo entorchado, pretende volver a serlo, en esta ocasión desde el banquillo en el cargo de seleccionador nacional. Todo el mundo conoce de sobra a Maradona, pero aún así, nunca deja de sorprendernos. Durante la fase de clasificación ya nos dejó imágenes (“el barrigazo de dios” tras conseguir un gol agónico) y frases (el célebre “que la chupen” le acarreó una buena sanción) para el recuerdo. Aunque ninguno lo dudábamos, el mismo se encargó de recordarnos que el era blanco o negro, gris nunca.
"Maldito sea el vómito, la arteria
que disloca la coca de los pibes,
vivir era un balón de feria en feria,
morir… un cero a uno contra River.
Maldita sea la carga desalmada
que te pitó un penal, letal e injusto,
maldita sed de todo siendo nada,
no te nos mueras más ¡pucha qué susto!"
A pesar de que mucha gente se escandalice con sus actuaciones, y su largo historial de despropósitos desde que colgó las botas, yo creo que es una persona imprescindible en el planeta fútbol; y que su presencia le da un plus de interés a este mundial. Y no hablemos ya de lo que el 10 representa para los Argentinos, el Pelusa se ganó para siempre un lugar en las oraciones de todos los albicelestes. Desde algunos lugares se puede ver la admiración que le tienen como excesiva; pero yo creo que excesiva es la rapidez que tenemos en España para destruir a nuestras estrellas. Muchas veces me da envidia el respeto eterno con el que tratan a sus ilustres en otros países, no sólo en Argentina, mientras que aquí parece que estamos esperando un traspiés para pisotearlos impunemente. Es asombrosa la facilidad con la que encontramos excusas para desacreditar a los nuestros, sean del deporte que sean (que si son antipáticos, que si ganan mucho dinero, dudamos de su compromiso, de su limpieza, de sus ideas…). Demasiadas veces ponemos de manifiesto sentimientos tan bajos como la envidia, la malicia… Nos regodeamos más en la crítica feroz y destructiva que en la admiración sincera.
"Qué falta de respeto, mundo killer,
los penúltimos llegan los terceros,
Nápoles, cebollita, Barcelona.
Malditos sean Coppola y Zisterpiller,
los dealers, las madamas, los banqueros
que le chupan la sangre a Maradona."
En cierto modo yo soy un romántico del fútbol, y me cuesta horrores criticar a esos jugadores que lo han sido todo para un club y para un país. Cierto es, que a todos les llega el momento de colgar las botas y que algunos se van con más dignidad que otros. Sin embargo, pienso que alguien que ha dado horas y horas de felicidad a mucha gente se merece, como mínimo, el mayor de los respetos cuando empieza a flaquear. Supongo que a la mayor dificultad a la que se enfrenta cualquier personaje público es al desgaste. Por naturaleza a todos nos gustan las novedades, así que hoy por hoy mantenerse en lo más alto durante una década o más es un lujo reservado a los más grandes. Maradona lo consiguió en su tiempo, eso y mucho más, ya que ha alcanzado un grado supremo; el de la inmortalidad en la memoria colectiva. Sabina siempre ha sentido una profunda admiración por El Diego, así como su club por excelencia, Boca Juniors. No tengo ninguna duda de que el flaco querrá que, siempre que España no lo haga, Argentina sea la campeona del mundo. Además de Diego, la albiceleste cuenta con otro jugador que tiene un hueco en el repertorio de Sabina, Martín Palermo (no exenta de polémica su convocatoria). Por lo tanto, la alegría sería doble para Joaquín.  

El soneto que os he puesto data de 2004, pero un par de años después, guitara en mano, y en el plató del programa que Maradona presentaba por aquél entonces; Sabina le puso música y modificó un poco la letra. Aquí os dejo el vídeo para que lo disfrutéis. 

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